Tras la formación general, el trabajo se ha desplazado principalmente a la parte de oficina. La siguiente etapa del proyecto consistió en trazar los requisitos. Tras revisar los planos y varias reuniones de los equipos, el marco empezó a aclararse. Al mismo tiempo, las personas y las formas de trabajar de los distintos departamentos se fueron familiarizando, ya que el proyecto influirá y abrirá nuevas oportunidades para los métodos de trabajo de los distintos departamentos. Cada departamento tenía también sus propias necesidades y aspiraciones en cuanto a los resultados.

Una vez aclarados los requisitos y objetivos del proyecto, pude familiarizarme con la herramienta Power Apps y probar sus funciones. Al mismo tiempo, quedaron claras las limitaciones de la herramienta, por lo que al principio tuve que probar distintas implementaciones y elegir la más funcional. Power Apps se reveló rápidamente como una herramienta muy fácil de usar y aprender a utilizarla fue completamente independiente con las instrucciones encontradas en Internet. Después de conocer la herramienta, el proyecto empezó a avanzar a buen ritmo.

Una vez terminadas las primeras vistas y versiones de la aplicación, comenzó una estrecha colaboración con los usuarios finales de las aplicaciones, en particular con los instaladores. Para mí era importante que la aplicación fuera lo más fácil de usar posible y que los usuarios la encontraran realmente útil, así que las vistas y las funciones evolucionaban constantemente en función de los comentarios de los instaladores. Además de a los instaladores, también presenté el desarrollo de la aplicación a otras partes del proyecto, de las que también recibí muchos buenos comentarios y consejos, sobre todo en relación con los datos que debían recogerse y el almacenamiento de datos.

Actualmente, la aplicación se está probando en la línea de producción, donde supervisamos su funcionamiento en el entorno de producción y recogemos opiniones sobre su usabilidad.

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